Estimado señor Cliente:

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Estimado señor Cliente,
el otro día me preguntó usted por mi parecer respecto a esto que está tan de moda: los concursos y especialmente aquél del logotipo de Madrid Olímpico. Acababa la reunión y, sin el tiempo necesario, no entré en detalle pero no quiero dejar pasar la ocasión, ya que veo que es un asunto que llama la atención.

Yo, francamente, veo que convocar un concurso para hacer un logotipo, por ejemplo, es un pésimo negocio para el cliente, es decir para usted. Porque si usted, como cliente, decide que necesita un logotipo es una pena hacerlo por una vía por la que no le va a sacar el máximo provecho. Convocar un concurso es una forma de cortar la comunicación con el diseñador, y sin comunicación, nuestro trabajo no es nada.
Cuando un cliente nos encarga su logotipo nos ponemos a aprender del cliente a investigar cómo comunica, algo ante lo que la mayoría de los clientes no se ha detenido a pensar. Esa investigación ilumina la mente del diseñador, pero a su vez arroja luces y sombras sobre el cliente que si sabe aprovecharlo obtendrá información muy interesante sobre cómo se le ve fuera de su entorno inmediato. mmm, el cliente empieza a ver con los ojos del diseñador… y le resulta muy interesante todo lo que ve. El diseñador a su vez, ya ha aprendido a ver con los ojos del cliente, y eso le ayuda a pensar estratégicamente…
Es un proceso de doble dirección, cosa que no ocurre con los concursos. Ante un concurso, el cliente redacta un par de folios con lo que cree que es el problema; a esto se le llama briefing, que viene del inglés brief, corto. Y es ineludiblemente corto de longitud, y casi siempre bastante corto también de miras; y desde luego es siempre unidireccional, por lo que el diseñador no puede aprender a ver como el cliente, y el cliente no entiende lo que le llegan como propuestas porque nadie le enseña cómo verlas.

Hacer un logotipo tiene más que ver con estrategias que con dibujos, y la estrategia tiene que ver con la comunicación. Total, que en un concurso el cliente está invirtiendo tiempo y recursos en conseguir un buen trabajo, el diseñador también está invirtiendo tiempo y recursos en hacer un logotipo, y ninguno de los dos tiene buena información sobre el otro. Yo le aconsejo que contrate a un diseñador. A través de un concurso tendrá a una docena de diseñadores trabajando para usted, pero trabajan a ciegas, y eso, como decía al principio es, por lo menos, no sacarle el máximo partido a una inversión, simple y llanamente: un mal negocio.

Oyer Corazón para Radio5 Todo Noticias

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