Entonces… ¿qué es el Diseño?

BUSCO RESPUESTAS! Gracias a un brillante post de Carlos Úbeda, y a una referencia que hace a una entrevista de 1972 (!!) a Charles Eames sobre «Qué es el Diseño» lanzo este post, especialmente dedicado (pero no exlcusivo para) al FEED Encuentro Internacional de Bloggers y Periodistas de Diseño en la VDW. Bueno, lo primero es que leais el Post de Carlos y, sobre todo, las breves y concisas preguntas/respuestas de Mr. Eames… ¿ya? ¿leido? Ok, pues, frente al «pañuelo que deja caer Carlos» yo propongo el guante, el Reto para ver si… ¿sabemos definir Qué es el Diseño? Hagan juego, tanto Diseñadores como no-diseñadores, en la variedad está el gusto.

28 comentarios en “Entonces… ¿qué es el Diseño?”

  1. De las definiciones más académicas yo prefiero la de Gui Bonsiepe: el Diseño es el interfaz, el dominio en el cual se estructura la interacción entre usurio y producto para posibilitar acciones eficientes.
    Pero como hay muchas, prefiero, si me lo permites, decírtelo con un poema de Mario Benedetti titulado «Táctica y estrategia»:

    Mi táctica es
    mirarte
    aprender como eres
    quererte como eres

    mi táctica es
    hablarte
    y escucharte
    construir con palabras
    un puente indestructible

    mi táctica es
    quedarme en tu recuerdo
    no sé cómo ni sé
    con qué pretexto
    pero quedarme en vos

    mi táctica es
    ser franco
    y saber que eres franca
    y que no nos vendamos
    simulacros
    para que entre los dos
    no haya telón
    ni abismos

    mi estrategia es
    en cambio
    más profunda y más
    simple
    mi estrategia es
    que un día cualquiera
    no sé cómo ni sé
    con qué pretexto
    por fin me necesites.

    Esto es para mí el Diseño. Perdón por la «definición» tan larga, pero no se puede cortar al gran Benedetti.
    Ahí queda eso para seguir pensando.

    Un saludo

  2. Mi padre dice a veces que «el diseño es la capacidad de abandonar caminos que no llevan a ninguna parte», pero bueno, tiene sentido cuando estás trabajando en ello.
    Yo, para quitarme ese «aura de artista» suelo decir que «mi trabajo es ordenar información»…

    Pero, tb muy técnico… en realidad lo que Roberto Gamonal y yo hicimos queríamos llamarle «la percepción social del Diseño», porque al margen de lo que los diseñadores DIGAMOS, los no-diseñadores TIENEN SU PROPIA IDEA de lo que es el Diseño. Es absurdo ir contracorriente e intentar «convencerles» de lo contrario, se trata de trabajar SOBRE lo ya establecido, no EN CONTRA de lo ya establecido.

    Un Estudio de Madrid, Tres Tipos Gráficos, realizó una publicación que se llamaba «Qué es Diseño», voy a ver si lo localizo y si aporta algo… si alguien lo recuerda que diga, diga.

  3. Yo tengo una defnición de mi cosecha, pero desgraciadamente no es muy fácil de entender. Intentaré explicarla para quien tenga la paciencia de leer esto:

    «El diseño es el uso deliberado de la creatividad y la heurística para resolver un problema con múltiples grados de libertad en un marco complejo de constricciones».

    O sea, la utilidad del diseño es que sirve para resolver un problema. Pero no un problema cualquiera, sino un problema de los que llaman «wicked problems», un problema en el que el exceso de grados de libertad hace que uno no sepa ni por dónde empezar, y que no tiene solución única ni hay forma de predecir si un modelo dado de solución va a resolver el problema, hasta que se aplica. Por eso, demostrar un teorema no es un problema de diseño, y determinar el grado idóneo de salinidad de un acuario, tampoco. Y la resolución del problema debe ser deliberada: aunque todo diseño puede tener un componente accidental, una solución puramente basada en la serendipia no sería diseño, debe haber un proceso más o menos sistemático. Y las armas del diseñador son dos: la creatividad (eso tan difícil de definir, pero que te permite emitir conjeturas sobre el camino hacia posibles soluciones —reduciendo así los grados de libertad del espacio del problema— partiendo de datos complejos, ambiguos y/o insuficientes), y la heurística: echar mano de una serie de reglas bastante difusas y a veces autocontradictorias, cuya aplicación no garantiza el éxito, y cuya infracción no garantiza el fracaso. Y por último, la presencia de constricciones suele ser una constante en los problemas de diseño: condiciones de contorno que limitan las posibles soluciones, y que pueden ser de naturaleza tecnológica, de recursos, organizacional, económica, o incluso fisiológica, psicológicoa, psicosocial, social o cultural.

    Es, claro, una definición muy inclusiva, que deja hueco para que puedan autodenominarse diseñadores gente tan dispar como el maquetador de una revista para adolescentes, el creador de la interfaz de un cajero automático, el tipo que decide cómo graficar los resultados de una estadística para apoyar determinada interpretación de la misma, el que tiene que especificar los protocolos de recepción de pacientes en un hospital, o incluso el que tiene que dictar la política de protección social de un gobierno con un presupuesto dado.

    1. «la creatividad (eso tan difícil de definir, pero que te permite emitir conjeturas sobre el camino hacia posibles soluciones —reduciendo así los grados de libertad del espacio del problema— partiendo de datos complejos, ambiguos y/o insuficientes)»

      Permiteme una observación, aunque interpreto que se deduce de la propia definición, diría que no debemos olvidar que la creatividad (en Diseño) está reducida a los condicionantes del propio proyecto. Si atendemos cuidadosamente a esta afirmación podremos advertir que es una creatividad que supone cierto esfuerzo y que establece límites. Es, creo yo, la creatividad elevada a la enésima potencia, porque supone solapar innovación e inventiva con realidad y factibilidad.

    2. Precisamente fue César quien me descubrió hace poco que ese tipo de pensamiento tan de «zoom-in zoom-out» y de restringir los grados de libertad de un problema difuso que tanto identifico como algo característico del diseño podía tener algo que ver con el razonamiento abductivo:
      http://es.wikipedia.org/wiki/Razonamiento_abductivo

      ¿Utilizamos los diseñadores este tipo de razonamiento de manera iterativa como herramienta de trabajo?

  4. Aportaré una visión muy sencilla.
    Tengo mucho más claro que es un diseñador (que hace) que lo que es el propio diseño (como funciona):

    – Un diseñador es un «traductor de necesidades». Recibimos un encargo y mediamos entre el cliente y los usuarios aportando una solución «escrita» en un lenguaje legible para ambos.

    Yo por lo menos me siento así.

    1. ¿Sí? ¿Cuáles son esas «definiciones académicas»? Danos algo para seguir rumiando, please!!
      Por otro lado, bastante de acuerdo con todo lo que va apareciendo, coincido en que al hablar de «diseñadores» se entiende mejor lo que hacemos, seguramente porque hablar de «diseñ» en general es demasiado amplio. Bueno, de hecho, podríamos ya diferenciar entre el Diseño como «estrategia» y el Diseño como «disciplina», eso nos ayuda a establecer límites… por sierto, «constricción», «límites» tb sale continuamente en estas definiciones, creo que se van apuntando items super-importantes.
      Lo único que echo de menos es un poco de polémica… lo que buscaba con frases aquellas como que «si somos unos cantamañanas» (singingmornings, qué precioso concepto) es «movernos» a un nivel un poco más emocional… creo que todas las definiciones que vamos dando, son aproximaciones «mentales» pero llega un punto en que necesito explicar algo inexplicable; poesía, claro, qué bueno, fresco y rompedor resulta citar a Benedetti. Busquemos más: hoy empieza la VDW y allí estarán todos los medios interesados en Diseño, ¿porqué no «hacer ruido»?

  5. Bueno, Oyer, pues ahí van otras definiciones que hace Bernd Löbach poniéndose en la piel de diversos actores que intervienen en el diseño en una obra que no es muy conocida «Diseño Industrial. Bases para la configuración de los productos industriales» que escribió por los años 70 y que tradujo Gustavo Gili.
    Aunque están publicadas en un libro pudiéndose considerar académicas, la verdad es que no son políticamente correctas y no están exentas de un tinte polítco. Como todo, son cuestionables y debatibles porque intervienen tópicos que siempre han rodeado a nuestra disciplina, pero suelta algunas verdades como puños que nos tendrían que hacer reflexionar en una lección de autocrítica. Porque según él:
    – Al usuario se la sopla lo que es el Diseño. Lo usa y punto.
    – Para el empresario el diseño es un medio para captar la atención de posibles compradores.
    – Para un marxista, el diseño es un invento capitalista que disfraza un objeto de baja utilidad para justificar su alto precio.
    – Para un diseñador tiene dos opciones: estar de lado del empresario o estar de lado del usuario y defender sus intereses siendo su voz. La realidad es que el diseñador acaba plegándose a los intereses del empresario que al fin y al cabo es el que paga.

    Según el panorama determinista que nos pinta Löbach, podríamos afirmar que sí: que los diseñadores somos unos «cantamañanas». Yo personalmente me resisto a ser tan pesimista, pero tengo que reconocer que Löbach pone el dedo en la llaga.

    A continuación, reproduzco el fragmento original para que cada cual saque sus propias conclusiones:

    En primer lugar, la del usuario del entorno creado artificialmente, que utiliza este entorno objetual según sus necesidades en forma de edificios o de productos industriales, y lo utiliza con naturalidad, sin ulteriores reflexiones. Este usuario quizá definiría así el diseño:
    Diseño es design. Con ello pretende expresar: «¿Qué me importa a mí el diseño? Yo escojo las COSAS que me gustan, que puedo usar y que están a mi alcance. Me da igual lo que digáis sobre el diseño».

    La segunda postura es la del fabricante de entorno artificial, por ejemplo, eI empresario que fabrica productos industriales. Un empresario podría definir así diseño:
    El diseño es el empleo económico de medios estéticos en la elaboración de productos, de modo que éstos atraigan la atención de los posibles compradores, al mismo tiempo que se mejoran los valores útiles de los productos económicamente realizables.

    Una tercera posición la sustentaría el crítico marxista, que contempla a este empresario como a un explotador de sus asalariados, obligados a comprarle el producto de su propio trabajo elevar su valor de cambio. Su definición rezaría así: «El diseño es una droga milagrosa para aumentar las ventas, un refinamiento del capitalismo, una bella apariencia que encubre el bajo valor utilitario de una mercancía para elevar su valor de cambio.

    La cuarta postura es la del diseñador, que dentro de la producción industrial del entorno artificial se encuentra entre los intereses del empresario y los de los usuarios y debe representar los intereses de éstos
    frente a los de aquél. Su definición de diseño sería:
    Diseño es un proceso en la solución del problema atendiendo a las relaciones del hombre con su entorno técnico.

    Otra postura posible es la de convertirse en abogado de los usuarios del entorno artificial (habitantes de un barrio; usuarios de productos industriales), que la mayor parte de las veces no pueden expresar sus intereses y raramente participan en los procesos de planificación y diseño. Esta postura supone independencia de toda coacción. El diseño podría entonces definirse así:
    Diseño es el proceso de adaptación del entorno objetual a las necesidades físicas y psíquicas de los hombres, de la sociedad.
    Esta sería la postura deseable para el diseñador, pero normalmente la dependencia del que lo contrata le estorba para practicar el diseño de manera consecuente.

    Suerte en la Valencia Design Week.

  6. Buenas!
    Mi propia defición, que parte de la académica (de un par de ellas) está en mi web pero la expondré aquí para que quede reflejada.
    Es cierto que está concretada en Diseño Industrial pero jamás he hecho diferencia sobre disciplinas (eso es otra particularidad teórica que mantengo). Creo que el diseño, en lo que se refiere a metodología, finalidad, etc.. es común. Las diversas disciplinas lo único que contemplan es el conocimiento específico de cada materia y las tecnologías para llevar acabo la aplicación de los proyectos de cada «rama», eso es todo.

    DISEÑO INDUSTRIAL

    Cómo todos sabemos en el mundo del Diseño definir conceptos es a veces una tarea ardua porque se utilizan definiciones constantemente de forma errónea y se diluyen las fronteras.
    No hace falta poner ejemplos, solo basta con pensar cuantas veces utilizamos u oímos de forma diferente y con significados también diferentes, palabras como creatividad, lenguaje formal, proceso, concepto, estética, metodología, innovación y Diseño. Podemos ser conscientes de que en la mayoría de los casos son palabras utilizadas como comodines que valen para nombrar muchas cosas pero para no decir nada. Es muy posible que esto se produzca porque se desconoce en realidad lo que significan esas palabras.

    Incluso en lo más esencial, como es la propia definición de DISEÑO INDUSTRIAL, aun no existe pleno consenso y se acumulan cientos de definiciones, a cual más imprecisa.

    Partiendo de esta premisa muchos de nuestros razonamientos teóricos (el de los diseñadores) han sido en parte inútiles o carecen de sentido real y esto sucederá hasta que no se logre establecer de forma consensuada el significado de nuestras más cercanas herramientas intelectuales de trabajo.

    Por desgracia la mayoría de profesionales nos hemos centrado y concentrado, y lo seguimos haciendo, en la praxis del Diseño sorteando normalmente la teoría, pese a que paradójicamente desde siempre la hemos demandado de forma efusiva, quizás con la convicción de que es el único medio intelectual, o por lo menos objetivo y racional, que nos ha de permitir una estructuración definitiva de la disciplina y todos sus componentes.

    A lo largo de los años muchos han sido los esfuerzos teóricos por intentar lograr acuñar una definición única y precisa del término “Diseño Industrial”, mientras tanto y al margen de este debate teórico, nuestra disciplina ha ido avanzando adaptándose a lo largo de las décadas a todos los periodos históricos, industriales, intelectuales y sociales que se han ido sucediendo.

    En este devenir de los tiempos, y aunque la disciplina sigue avanzando y “actualizándose” (tómese esta expresión extrapolada de la informática y entendida bajo ese mismo concepto que define perfectamente el proceso de cambio sufrido, ya que el Diseño va incorporando “parches” que le permiten estar actualizado y operar en un sistema cada vez mucho más complejo) aun no hemos resuelto la gran definición y el debate aun sigue sorprendentemente abierto.

    Apostemos por un primer punto de partida lo suficientemente solvente y consideremos válida la propuesta de Tomás Maldonado de 1961 que es una de las definiciones más generalmente aceptada y además avalada, por lo menos hasta hace pocos años, por el ICSID (Internacional Council of Societies of Industrial Design) que dice así:

    “ El Diseño Industrial es una actividad proyectual que consiste en determinar las propiedades formales de los objetos producidos industrialmente. Por propiedades formales no hay que entender tan sólo las características exteriores, sino, sobre todo, las relaciones funcionales y estructurales que hacen que un objeto tenga una unidad coherente desde un punto de vista tanto del productor como del usuario, puesto que, mientras la preocupación exclusiva por los rasgos exteriores de un objeto determinado conlleva el deseo de hacerlo aparecer más atractivo o también disimular sus debilidades constitutivas, las propiedades formales de un objeto son siempre el resultado de la integración de factores diversos, tanto si son de tipo funcional, cultural, tecnológico o económico.”

    Realmente cabrían ciertas puntualizaciones que enriquecerían aun más la definición como por ejemplo añadir el factor emocional y/o comunicativo al Diseño. Y cómo no, para dar la importancia que se merece a la metodología, decir que:

    “El Diseño es una actividad proyectual que se materializa en una solución normalmente innovadora, contexturizada en el futuro pero determinada siempre con anterioridad, que se sirve de una metodología objetiva para hallar con garantías las mejores soluciones a los problemas planteados.”

    Y no podemos dejar de lado que la disciplina debe, por norma general, innovar. Además esta innovación debe entenderse siempre en términos futuros.
    El Diseño es ciertamente inútil si no plantea siempre, o así debería ser, soluciones de futuro porque solo éstas son (sean aceptadas o no por la sociedad y el mercado. Ese es otro tema) realmente novedosas y han sido generadas normalmente ante una nueva necesidad sea del tipo que sea.
    Esta vital constante de futuro, que da finalidad lógica a la disciplina, es la constante que podemos controlar mediante una estricta metodología de Diseño.

    Los profesionales del Diseño industrial debemos ser capaces de trabajar desde el pasado y el presente para generar siempre opciones de futuro trabajando con ciertas nuevas variables proyecto tras proyecto. Por ello más que dejar que la subjetividad o el sentimiento libre guíe nuestro trabajo nos sometemos siempre a un proceso riguroso que debe garantizar nuestros objetivos. Está claro que nos referimos a la metodología de Diseño.

    Esto ya lo reflejaba perfectamente Bernhard E. Bürdek cuando exponía que «el Diseño es una actividad que se relaciona con las nociones de creatividad, fantasía, inventiva e innovación técnica predominando (erróneamente) muy a menudo entre el público la idea de que el proceso de Diseño es una especie de acto de creación de tal modo que el denominado “nuevo Diseño”, tanto tradicional como experimentalmente, está subordinado al talento del artista».

    Y decía con sincera rotundidad, evidenciando la realidad, que «el Diseño de productos u objetos no tiene lugar sin embargo en el vacío, como si fuese una combinación libre de colores, formas y materiales sino que todo objeto de Diseño se ha de entender como el resultado final de un proceso de desarrollo, cuyo rumbo está marcado por diversas condiciones, no solo creativas, así como por decisiones.
    Las transformaciones sociales y culturales, el contexto histórico y las limitaciones de la técnica y la producción, desempeñan un papel de igual importancia que los requisitos ergonómicos, sociales o ecológicos, que los intereses económicos o políticos, o las aspiraciones artísticas».

    Y concluía acertadamente diciendo que «dedicarse al Diseño implica siempre reflejar en él las condiciones bajo las que surgió. Así que debemos dar por entendido que las soluciones finales siempre han sido planteadas previamente en un tiempo presente»

    Así pues podemos afirmar y validar dos cuestiones importantes:

    – El Diseño se desarrolla bajo una metodología objetiva que tiene como finalidad garantizar y plasmar soluciones de futuro, y por lo tanto en mayor o menor medida innovadoras.

    – El Diseño se aleja radicalmente del arte, acercándose mucho más a la ciencia, porque tiene una función que le da sentido, porque incorpora un proceso analítico-objetivo que ha de derivar una solución planteada previamente y porque su resultado siempre puede y debe justificarse y cuantificarse.

    Entonces aquello mismo que da sentido al Diseño, su propia metodología, es además el elemento real que lo separa del arte dando por acabado, por lo menos bajo este pensamiento, el eterno dilema de si el Diseño es arte o no. Un debate que en realidad solo puede darse en este marco borroso de carencia de significados, a los que se aludían al principio, y que es el contexto que les conviene enormemente a muchos “pseudoprofesionales y/o artistas” que se han ido “colando” constantemente en nuestra disciplina.

    Solo a partir de una teoria solvente y una clara defición de nuestras “palabras cotidianas” podremos proteger y garantizar nuestra disciplina; el Diseño Industrial.

    GRACIAS POR LA ATENCIÓN!!

    Saludos.

  7. José Manuel, gracias por regalarnos tu reflexión.
    Coincido contigo en muchas cosas. Hay gente que considera que a estas alturas estos debates son estériles. Pero, bajo mi punto de vista, son necesarios. Y sobre todo, estamos viviendo en España un momento muy importante en la educación y la enseñanza del Diseño con la aparición de los nuevos grados. ¡Ya era hora! Porque ¿qué enfoque le vamos a dar al Diseño en estos nuevos estudios? ¿Seguimos con la tradición artística o avanzamos hacia un enfoque más cientifico?
    Como tú personalmente tengo mi posicionamiento en cuanto al eterno debate de diseño, arte y ciencia.
    Simplificándolo mucho porque no daría para un post, pienso que el Diseño no es ni Arte ni Ciencia, sino Tecnología, pero en su sentido más humanístico y etimológico y que aúna a partes iguales forma y función, estética y utilidad. Una puntualización: para los clásicos griegos y romanos, el arte era una técnica (techné para los griegos y ars para los latinos). Por lo tanto, se puede decir que el Diseño y la Tecnología es Ciencia + Arte, Saber + Hacer. Ambos tienen en común el carácter no natural, es decir, la artificialidad. Se dice que la Tecnología es la disciplina que ponen en práctica conocimientos científicos que son aplicados a la creación y producción de artefactos que facilitan la adaptación del ser humano a su entorno y satisface sus necesidades. ¿No es esto lo que también intenta hacer el Diseño? La Tecnología pone en juego conocimientos teóricos y prácticos, procedimientos y métodos y herramientas e instrumentos para realizar los artefactos o productos. ¿No es esto lo que también hace el Diseño? El problema es el excesivo reduccionismo, tanto en el Diseño como en la Tecnología, de enfocarlo sólo al tema instrumental.
    ¿Entonces en qué área del conocimiento situamos el Diseño? ¿En Artes y Humanidades o Ciencias Experimentales? Pues de nuevo, ni una cosa ni otra, sino las dos: en las Ciencias Sociales. Esta reinvindicación ya la hace Jorge Frascara.
    Cierro el post con una definición que hizo hace varios años una alumna mía haciendo un interesante y estimulantemente reflexivo juego de palabras: El Diseño es arte con/ciencia.
    Saludos

  8. Ante el estimulante debate generado, dejé un post en el que Carlos Úbeda ponía un maravilloso ejemplo del exprimidor Citromatic de Braun porque quería introducir otra definición que hace del Diseño Abraham Moles: la función del Diseño es hacer inteligible el mundo artificial.
    Para mí es una definición muy sugerente y con la que trabajo en los últimos años para desarrollar una metodología relacionada con la creación de discursos, es decir, la Retórica aplicada al Diseño.
    Como decía Victor Papanek: «lo importante del diseño no son los objetos, sino las personas».
    Como le contaba a Carlos, la forma de un diseño es sólo la consecuencia de la planificación que hace el diseñador del momento crucial en que un usuario toma un objeto para utilzarlo.
    En los instantes previos a ese encuentro el usuario observa el objeto, lo «lee» y debe entenderlo para poder utilizarlo sin ninguna explicación más. Acutalmente estamos inmersos en una maraña de objetos que crean nuestro mundo artificial que en ocasiones se puede hacer hóstil. El ideal de un diseño, para mí, es utilizar un objeto sin necesidad de consultar ningún manual de instrucciones y que mi experiencia de uso sea satisfactoria y útil.
    Volviendo a la definición de Moles, los diseñadores «escribimos» un discurso o relato que facilita la conexión entre el objeto y el usuario, intentamos «escribir» el guión de su encuentro para que tenga un «final feliz». Esto también saca a colación el concepto de interfaz de Gui Bonsiepe.
    Pero la «escritura» de este relato no acaba aquí, es decir, el diseño no acaba en el producto. Porque el usuario puede «reescribir» la historia completándola, dotándola de nuevos significados y nuevos usos que el diseñador no tenía previstos, personalizándola, etc, etc. No sé cual sería el equivalente en latín, pero tiene que ver con la idea de Umberto Eco de «lector in fabula»… «Spectator in designum»… tal vez? :D
    Por eso, además de intérpretes de necesidades, somos o intentamos ser «conductores de la mirada del usuario para que haga una lectura del diseño que le permita utilizarlo de forma agradable, satisfactoria y eficaz».
    Uffff, no quería hacer una definición propia, pero me ha salido. Eso me pasa por pensar.

  9. Gracias por la exposición Roberto. La secundo también en lo general.

    Si, jamás un debate teórico puede ser estéril, así que si, hagámos ruido como bien anuncia Oyer!!!.

    Sobre la oportunidad del nuevo «academicismo» yo también pienso que es un buen momento y quedaba reflejado en mi web dentro de reflexiones de diseño en la reflexión titulada «Disección académica: Los peligros de una ruptura con las raíces tradicionales»
    Somos muy propensos, lamentablemente, a rechazar lo anterior cuando queremos ir hacía algo nuevo. Cometemos un error, está claro, así que tenemos que tenerlo en cuenta.

    Para acabar decir sobre lo que se deriva de algunos comentarios, incluido el tuyo, sobre los usuarios y su «ignorancia»… Si, es cierto, el usuario, los usuarios, no tienen porque saber nada de diseño pero los productos por contra deben estar siempre bien diseñados!! porque aunque no encuentren la esencia del diseño en los productos éstos tienen que tenerla porque solo así podrían descubrirla y/o percibirla.

    Sobre este punto llevo tiempo preparando una reflexión, cuando la tenga lista os la traslado.

    Saludos!

    JM

    1. Me tengo que tomar un tiempo para leer con calma los artículos de tu web que se ven muy interesantes.
      Sí, precisamente de eso hablaba con Carlos en otra entrada. Como un objeto como el exprimidor Citromatic de Braun es utilizado de manera cotidiana. Precisamente hablábamos del «diseño invisible», un concepto de Norberto Chaves. Diseños de carácter tan cotidiano que son perfectos, agradables, útiles y estéticos que nos han acompañado en nuestra vida diaria.
      Personalmente, a mí, entre tanto «ruido» que crean los objetos estrafalarios que acaban convirtiéndose en una figurita que adorna la casa, me quedo con los «diseños invisibles». El mal diseño se hace visible porque chirría y porque no tienes una buena experiencia en su uso.
      La lectura o el discurso que crean los diseñadores en los objetos creo que debe plantearse en diversos niveles.
      Primero, hay que satisfacer la lectura del uso. Esta sería la piel del diseño, el punto de contacto.
      Segundo, entraríamos en una lectura de su estructura interna. Esta sería el esqueleto del diseño, lo que permite sostenerse al diseño
      Tercero, una lectura de su funcionamiento. Esta sería los órganos del diseño, lo que permite que funcione el diseño
      Y cuarto, una lectura metafísica, más allá del objeto. Esta sería el alma del diseño, lo que permite que ese forme parte de la vida del usuario, forme parte de su identidad como persona, lo modifique para hacerlo suyo.

      1. Claro!… los objetos bien diseñados son siempre estéticos. La estética, bajo mi punto de vista, no es más que la correcta suma de todos los factores que han intervenido en el proceso de Diseño y que su correcto resultado permiten que el usuario los perciba como «bien hechos». Pero de la estética ya hablaremos cuando toque, si lo deseáis, aunque está claro que es un factor vital para el diseño, pero es simplemente el resultado de un proceso bien llevado.

        Escribo una respuesta a tu opinión porque estoy totalmente deacuerdo con lo que puntualizas. El uso o función (en singular) debe estar siempre implícito en el DISEÑO (en mayúsculas porque alude al «buien diseño»). Por eso muchas veces el diseño de autor no es DISEÑO porque menosprecia la función derivando los esfuerzos en otros recursos formales y/o estructirales.
        Así pues la función y/o uso se presupone siempre en diseño (hace poco lo citaba en twitter)
        El segundo y tercer estadio el funcionamiento y la estructura lo intepreto como la correcta comunión de las partes que forman el todo, por lo que los sumaría.
        Y el cuarto estadio, que citas, es hoy día fundamental también! Es el valor cultural del objeto. El valor comunicativo, lo que permite humanizarlo, lo que permite adjetivarlo. Es lo que llevó Phillippe Starck a la máxima expresión pero por desagracia perdió otros estadios…
        Así que creo que el buen diseño es la nivelación correcta de todos estos estadios que dan a la fin un resultado estético y por ende una percepción cerrada para el usuario.

        He ido algo rápido, pero creo que se entiende…

        Saludos.

        JM

  10. Qué nivelazo de comments, gracias mil a todos! En un rato me los leo con más detenimiento y espero poder decir algo sensato al respecto, mientras tanto, apunto otra definición (que justo acabo de publicar en el nuevo post «¿Semos Profesionales?», pero que creo que tiene sentido para continuar con este debate):

    (…) Esto me recuerda una Carta al Director que se publicó en la revista californiana Emigre que decía “el diseño vive en dos mundos, el del Arte y el del Comercio, y su permanencia como concepto dependerá de su eficacia práctica. El Comercio ejerce su presión sobre el Diseño para que sea siempre nuevo (nuevos productos, invento, eficacias) y el Arte, por su parte, le impulsa a experimentar, a rompre con lo viejo. El arte, decía Oscar Wilde, es inútil; y el Comercio, como sabemos, depende de la utilidad. El Diseño vive y respira, amfibiamente, en las escurridizas aguas de esta tensión.”

    1. Gracias a ti por compartir unas inquietudes que nos son afines y que además desde tu «espacio publico» permites, que como una chispa, se aviven nuestras ganas de poner cosas en claro.

      Por lo menos ahora sabemos que no estamos locos! Que todos los profesionales (me arriesgo a poner lo de profesionales aun sin haber leído el post al que aludes, que ahora buscaré) nos cuestionamos las mismas cosas.

      Gracias.

      Saludos!

      JM

  11. A riesgo de llegar un poco tarde a la discusión,
    me gustaría exponer nuestra definición de diseño:
    «El Diseño es una respuesta formal a una pregunta estratégica»

    Saludos!

    1. Nada de tarde, Mariona. Has activado el debate.
      Tu definición es buena, corta y sencilla… sólo añadiría un matiz: …»respuesta formal y funcional» para no caer en el tópico de que el diseño es sólo una respuesta estética y de aspecto exterior.
      Gracias por tu aportación.

      1. Tomo nota del apunte, Roberto, muchas gracias! De todos modos, al hablar de responder una pregunta estratégica es cuando le damos ese significado más «funcional» al diseño. Al hablar de respuesta formal (que no estética!), nos referimos a que el diseño resuelve problemas por medio de formas…de lo intangible a lo tangible, creo que esa es su fuerza!

        También su ambigüedad es un factor identificativo y que nos acaba llevando a largas discusiones sobre qué es el diseño o a que tanta gente no sepa exactamente cuál es la labor del diseñador. Leía el otro día algo interesante «Design thrives on ambiguity, and this less than perfect pedigree endows design with the flexibility it needs to steer clear of institutional thinking—a competency increasingly as in demand as creativity itself.»
        http://www.core77.com/blog/columns/design_is_thinking_17622.asp

  12. Hola Mariona!… un placer leerte por aquí…

    Yo creo que limitar el diseño a un aspecto formal es una defición muy mermada, excesivamente mermada, la verdad. De hecho las mejores definiciones (entendamos «mejores» como aquellas que más se aproximan a la descripción de la disciplina) abordan varios tipos de temas tales como la estructura, el lenguaje formal, los símbolos, etc…
    La verdad es que yo pienso que equivocamos un poco la reflexión porque no deberíamos buscar tanto acuñar una defición NUEVA (porque ya existen y muy válidas) sino más bien adecuar las existentes a las nuevas coyunturas en las que el diseño responde a toda una estrategia, en eso si estoy de acuerdo.

    Y sobre la estética, ya que es un tema que sale en segundas lineas casi siempre, decir bajo mi humilde punto de vista que es un concepto final, es decir un resultado. Por ello no se puede tratar con anterioridad al propio resultado pues depende de todos los factores que compondrán la solución.
    Esto lo digo porque es un gran error que se oye y lee constantemente en frases tipo: «la estética que busqué era….», «La estética de mi proyecto es algo barroca…» etc…. la estética es una percepción general de equilibrio y no puede adjetivarse (barroca, moderna, cubista, minimalista…) La estética es un concepto global y cerrado, único como la Felicidad por ejemplo. Otra cosa muy distinta es que la confundamos con otro tipo de conceptos como el lenguaje formal y la alegría en el caso de la felicidad….

    En fin… ahí va mi opinión, claro está!

    Saludos.

    1. Hola Jose Manuel!

      Bueno, estoy de acuerdo en casi todo lo que cuentas en tu respuesta…pero insisto de nuevo que nuestra descripción no limita al diseño a algo formal, sino todo lo contrario!! Así que no me llevéis por ahí que me pierdo,,,jaja. Creo que como dice Oyer damos ordenamos información y por tanto al fin y al cabo terminamos dando forma, tangibilizando respuestas. Ojo, no hablo de estética, hablo de forma (que, en su simplicidad, incluye muchos matices no mencionados como lenguaje formal, usabilidad, materiales, símbolos, etc).

      Un saludo!

  13. Hola!

    No lo dudaba!!. Nada más lejos….Me refiero al hecho de que esa apreciación hacía lo formal fuera mucho más rica y compleja, solo que en una defición si no queda reflejada de forma expresa parece que no exista. Ese matíz ya lo reflejaba la defición del ICSID arriba citada… e imagino que todos váis por ahí…

    venga!

    JM

  14. Holatodos, sigo dándole al pico y a la pala, buscando respuestas a esto de «qué es el diseño», y mis avances son:
    recomendaros que veais este video «To me, Design is…» http://vimeo.com/17995436
    No puedo pegar el vídeo, así que tendréis que pinchar.

    Y por otro lado, que voy haciendo micro-entrevistas a gentes diversas (Alberto Corazón, Enric Satué, Santiago Acaso, bloggers, gente de formación del Diseño…) preguntándoles precisamente «¿Cómo le definirías qué es el Diseño, a un no-diseñador?» En cuanto tenga un ratito iré recopilando respuestas, que, por cierto, casi nunca son «breves y concisas» lo cual nos lleva a pensar que hay mucho donde picar hasta que lleguemos a… ¿dónde llegaremos?

  15. Wow….
    He leído casi todos los post, pero no todo.
    Respecto a las definiciones más racionales sobre diseño… Creo que estoy de acuerdo en todo porque todo se complementa, unas con otras cubren los huecos o combinan cuestiones de anteriores post, y así trazan la forma de este concepto que está en constante cambio.

    Pero de toda esta línea de opiniones y de todas las veces que me he visto en esta conversación voy sacando conclusiones, ya no tanto de qué es, si no de porqué nos cuesta tanto presentar al público algo que hacemos cada día.

    Creo que definirlo es un ejercicio que nos auto-imponemos en el intento de ser comprendidos como otros profesionales lo son, pero tal vez no sea el momento aún de definir, y tal vez ni tan siquiera queramos ser definidos, por eso nos cuesta tanto acotar el marco.

    Hay un porcentaje de romanticismo en el diseño, toda esa parte de que no es matemático, no es lineal, no se puede medir con precisión y no tiene una única respuesta a los problemas, y eso, esa parte bonita en la que se acerca a algo más de entrañas y se aleja de lo cuadriculado, creo que nos gusta tanto que en el fondo no estamos dispuestos a ser limitados por una definición única y concreta, por una verdad absoluta en la que no creemos en el día a día.

    De hecho, es peculiar que personas que nos dedicamos a buscar soluciones (varias, observando todos los caminos posibles) a un único problema, queramos en cambio acotar nuestra esencia a una única respuesta.

    Un saludo!

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