Desde que comencé en la radio, recibo periódicamente correos de chicos y chicas, muchos de ellos jóvenes, que agradecen haberles iluminado en cierta manera sobre cómo encaminar su vida profesional. Ese tipo de correos me emocionan profundamente porque me da la impresión de estar ayudando; Y ayudar, sentir este suave cosquilleo en el pecho, es impagable, reconforta, eleva la autoestima, y nos pone en contacto con lo mejor de uno mismo; Gracias, gracias de verdad a los que escucháis y comentáis sobre este programa porque nada puede resultar más gratificante… pero, siempre hay un pero…
Ser diseñador es lo que más me gusta de este mundo, no puedo pensar en una profesión más completa, interesante, divertida y apasionante. Pero, efectivamente, no todo son caminos de rosas. Medio en broma, colgaré en oyercorazon.com un certero texto llamado “50 razones para no casarse con un diseñador”. Y, ahora medio en serio, debo advertiros que es una profesión a menudo frustrante, a la que hay que dedicar muchas horas, casi siempre con un deadline implacable, y donde abunda el Cliente Venido del Infierno, que no valora tu trabajo, te hará infinitos cambios sin aparente criterio y encima te pagará poco y tarde, en el mejor de los casos.
Muchos de vosotros que me escribís, estáis comenzando o terminando la carrera sin mucha esperanza en el futuro; pensar, incluso si ahora lo estáis pasando mal, que esta situación es temporal. Ni idea de cuánto puede alargarse, pero al final las cosas mejorarán y tendréis por delante toda una nueva vida profesional. Y, a pesar de que ahora mismo está fatal visto ser optimista, quiero compartir un consejo que para mi fue clave: ocurrió hablando con el director del Centro donde empecé a preparar mi vida profesional… yo estaba preocupado por las salidas de cada carrera… cuál tendría mayores oportunidades de ofrecerme un puesto de trabajo luego. El director me miró y me dijo: “¿Salidas? ¿Te preocupa estudiar algo que tenga salidas?… Nada de eso; Preocúpate por estudiar lo que más te guste en este mundo! Te aseguro que si trabajas en lo que más te gusta, vas a ser muy bueno; y si eres muy bueno, tendrás trabajo. Si estudias algo que no te encante, serás mediocre y, por muchas salidas que tenga esa carrera, te aseguro que nadie quiere contratar a alguien mediocre.”
Oyer Corazón para Radio 5 Todo Noticias. Columna emitida el 11 de diciembre de 2011.
Si quieres escuchar esta columna, aquí accedes a RTVE A La Carta.
La ilustración para esta columna es un excelente trabajo de Julian Hansen, que nos lanza a un mar de dudas tipográficas y nos regala perlas como «¿Estás sumido en la duda? Usa Caslon» (bueno es un chiste-friki para diseñadores, saludos a los no-diseñadores).
En definitiva, que la vida es un lío MAYÚSCULO del que sólo se sale con los pies por delante; hasta entonces, adelante, intenta sacarte el máximo provecho. Y, por cierto, deberías ver una vez más el Discurso de Steve Jobs en Stanford (lo he dicho cienes y cienes de veces), que habla sobre unir los puntos erráticos que trazó en su juventud, y sobre tipografía :-).
Pues a mí alguien que tiene el valor de dedicarse a un trabajo creativo me causa mucha admiración.
El otro día iba en el autobús y ví a una chica haciendo malabares en la calle y me pareció que lo hacía porque le gustaba, parecía alguien feliz, a gusto consigo misma.También pensé en lo diferente que era de mí, creo que yo no soportaría vivir sin una cierta «seguridad», aunque sea aparente, ficticia y meramente económica (si es que hoy hay algo que sea económicamente seguro… que creo que no). Tal vez por eso nunca seré una artista.Siempre tendré algo más importante (o apremiante) que hacer que escribir un poema. Esto parece una confesión de terapia de grupo o algo así…. me he puesto trascendente, oye.
Me ha gustado mucho la anécdota del director del Centro sobre las «salidas».
La próxima vez no me pondré tan seria…
Voy a hacer una sugerencia musical… la canción «Standby» de Extremoduro, es una canción para todos los públicos, es muy bonita.
Es que no me había quedado a gusto con tanta seriedad.
Qué razón tenía ese director al orientar el futuro de cada persona hacia lo que le gusta de verdad, que suele ser para lo que está mas dotado. Esto lleva a estar toda la vida en tu «elemento», entonces el trabajo es satisfactorio y contribuye en gran medida a la felicidad personal. Recomiendo leer el libro de Ken Robinson «el elemento, descubrir tu pasión lo cambia todo». Ckaro que también hay dificultades en este caso, en la profesión de diseñador gráfico, pero ¿dónde no las hay? Y si tienes claro lo que quieres es más fácil solucionar los problemas.
Gracias Dulas, tienes toda la razón y desde luego me sumo a la recomendación de «El Elemento» de Ken Robinson; la edición que yo tengo fue super-barata, unos 8 euros, creo y merece totalmenta la pena.
Si te quedan dudas, este es el «trailer del libro» en Youtube: http://www.youtube.com/watch?v=QXjWSrDUWuI
Por sierto, qué interesante concepto, «trailers de libros»… mmm, esto me da para algún otro post…