Diseñando Periodistas (Generalistas)

La Percepción Social del Diseño: Facultad de Periodismo

Hace poco llevé a cabo un experimento para dar con una buena definición de qué es esto del Diseño, y fue un absoluto fracaso. Confabulado con el profesor Gamonal, me presenté ante una clase de Periodismo de la Universidad Complutense de Madrid; se les había impuesto como deberes previos, que buscasen en la prensa nacional durante una semana usos del término «diseño» y los llevasen como ejemplo.

Diseño sin cursivas

Desde luego, aparecieron (y siguen saliendo día tras día) varias acepciones para la fórmula “de diseño”, para describir objetos caros y estrafalarios o creados artificialmente, como en el uso de pastillas de diseño. Personalmente, siempre he defendido que expresiones como «un taburete de diseño» denotan un problema de no saber describirlo, y como tal es un problema del emisor, no del mueble. Porque, en un sentido estricto, todo es de diseño. Todos los objetos en los que se pueda pensar son objetos diseñados: desde una tosca cuchara de palo hasta un sofisticado teléfono móvil. Las cosas, los objetos pueden ser de diseño moderno, de diseño mínimal, de diseño absurdo, estrambótico, asimétrico, espantoso… Pero es difícil luchar contra estos “lugares comunes”, tan implantados en nuestra sociedad, sólo el tiempo y el buen uso conseguirán corregir algo así.

Tras esta esperable cuestión apareció otra, para mí mucho más interesante, que es explicar cómo alguien que hace “lámparas con forma de perro” es igual de diseñador que alguien que crea un cuchillo de cocinero de absoluta precisión y equilibrio, sin un gesto superficial … es decir, cómo es posible que existan tantas y tan variadas concepciones del Diseño; perdón, tantas, tan variadas y tan contradictorias formas de diseñar. ¿Somos artistas?, ¿somos profesionales?, ¿somos los diseñadores unos cantamañanas?…

¿Qué demonios es el Diseño?

Pues es, en primer lugar un pantanoso espacio trufado de prejuicios; y no sólo ése que está usted pensando (sí, ése, el de estudias o diseñas), y no sólo ése otro (que el diseño es un ejercicio banal que encarece el producto), ni … (rellénese con los necesarios). Porque si aceptamos que el diseño debe ser funcional, una estrafalaria lámpara con forma de perro ¿es un mal diseño? ¿Y si esa lámpara se vende como rosquillas?

Y, en segundo lugar, Diseño es un campo amplio, tanto que cuesta ver los límites. Existe un diseño “estético” y, en mi opinión, banal pero que es Diseño; de hecho, es lo que los Medios recogen con mayor asiduidad y es comprensible: los aspectos más llamativos y frívolos son los que ofrecen mejores titulares a la hora de captar la atención.

Pero a la vez existe un diseño cotidiano, silencioso, sensato, sobre el que apenas se habla, casi ni se valora, pero que también es Diseño. Los objetos más sencillos y que más usamos son Diseño, objetos y gráficas, como los planos de Cercanías, la señalización viaria, la maqueta de un periódico o de cualquier página web, carteles…

Y, efectivamente, a veces estas dos aproximaciones al Diseño llegan a ser contradictorias, pero las dos (y otras muchas) son Diseño. ¿Quizás es que una es “mal diseño”? No. Cuesta, pero hay alejarse de los prejuicios, no es “mal diseño” sino que parte de otra base, que no tiene nada que ver con lo que yo entiendo como Diseño. En realidad, da la impresión de que hablar de Diseño, así en vacío, es una entelequia, es decir… ¿que el Diseño no es nada?

Socorro

Estaba claro que el experimento estaba abocado al fracaso; fuimos incapaces de dar con una definición satisfactoria de qué es el Diseño. Es más, todos salimos de aquella clase con la sensación de estar mucho más confundidos que antes, y era una audiencia de futuros periodistas, los que tendrán que informar (dar forma) de la realidad el día de mañana.

Y sin embargo, cuando muestro trabajos de diseño, todo el mundo lo entiende ¿cómo puede ser?  Al hablar de “cosas de verdad” (logotipos, abrelatas, sillas…) y de cada una individualmente, sí se entiende qué demonios es el Diseño. El Profesor Gamonal propuso alguna clave: La palabra “diseño” no es un adjetivo que califica un objeto o producto. Como sustantivo indica tanto el proceso de planificación como el resultado final obtenido. Como verbo, diseñar indica la acción de proyectar y planificar. “Diseño” indica un proceso y/o resultado.

Y, muy importante, a un diseñador se le contrata para que venda algo. En el caso de los objetos, para que se vendan mejor o resulten más baratos; en el caso de un folleto, el diseñador debe conseguir que se entienda mejor, que la información esté mejor ordenada, que ofrezca una imagen de solidez de la compañía… es decir que “se venda” mejor el producto o compañía. En el caso de un logotipo, al diseñador se le encarga que la imagen de la compañía (grande o PYME) “venda” profesionalidad, o simpatía, o transparencia, o…

Y, muy importante, a un diseñador se le contrata. Un diseñador es un profesional bien preparado en cuestiones de comunicación, percepción visual, gestáltica… es decir tiene una serie de conocimientos que le capacitan para hacer bien su trabajo. Y, por aquí surge otra posibilidad: ¿y si, en lugar de hablar de Diseño, hablamos de diseñadores?

Lo importante en el diseño no es (sólo) el diseño

Y aquí llegamos a esta espinosa afirmación que encabeza este último párrafo. Espero sinceramente que usted, amable lector, se haya leído todo lo que antecede porque de cualquier otra manera no captará la complejidad del asunto. Y es que, efectivamente es complejo y contradictorio; lo lamento pero es fiel reflejo de la vida misma. Pero, de alguna manera, lo importante en cualquier proceso de diseño, no es sólo el resultado final (el Diseño), sino todo el trabajo previo para llegar al resultado final. Todo ese trabajo resulta invisible a ojos del público en general, y es el que nos aleja de la percepción “artista” y nos colocaría en el epígrafe de “profesionales”. Y, de cara al periodismo en general y a los pobres y confusos estudiantes-cobayas del experimento, una conclusión si sacamos en claro: si los diseñadores queremos que se comprenda mejor nuestro trabajo y que se valore todo el proceso, tenemos que aprender a comunicarlo. Entonces y sólo entonces, encontraremos eco en los medios.

Oyer Corazón

Links interesantes:

Roberto Gamonal, del que podéis saber mas en su LinkedIn, o en su proyecto Graphos.

18 comentarios en “Diseñando Periodistas (Generalistas)”

  1. Me ha encantado el artículo, Oyer.

    Hace poco yo lancé un pañuelo similar en mi blog personal:

    Reflexiones sobre el diseño

    Ni siquiera estoy seguro de estar de acuerdo con lo que dije hace un mes, pero en general me ha hecho mucha gracia que nos hayamos planteado preguntas tan parecidas. Nuestras opiniones (diseño como planificación, figura del diseñador, todo está diseñado…) son bastante similares, aunque yo apuntaría que, para mí, sí existe el mal diseño. Una lámpara con forma de perro no tiene por que ser un mal diseño, pero una lampara con forma de perro para una nave industrial ya empieza a sonar muy mal.

    En los comentarios que me hicieron (muy interesantes) me recordaron una entrevista a Charles Eames que, la verdad, refleja bastante mejor lo que pienso que mis propias palabras. La recomiendo totalmente:
    http://graphicdesigndiscourse.posterous.com/design-qanda-0

    1. Carlos!!
      Espectacular tu post y tu referencia a la entrevista de Charles Eames, me ha iluminado la mañana. Ahora mismo voy a escribir un post para difundirlo porque, mira que le estoy dando vueltas y vueltas últimamente al tema este de «qué es el Diseño», y la coincidencia de que la semana que viene se celebra el FEED viene de perlas para abrir este melón.

  2. En primer lugar, Carlos, excelente reflexión sobre el Diseño. Esto rebate el tópico de que los diseñadores no pensamos, sino que sólo hacemos.
    Aunque sabíamos que estábamos abocados al fracaso, el coloquio y el debate generado fue altamente productivo tanto para los alumnos y alumnas como para nosotros mismos. Todos salimos con más preguntas, pero ¿no es eso un gran comienzo?
    Personalmente yo saqué dos conclusiones que para mí fueron reveladoras. Al inicio del curso siempre pido a mis alumnos que me den su opinión sobre lo que consideran que es Diseño. No buscamos una definición sino su percepción personal de lo que creen que es el Diseño. Generalmente, sus respuestas están muy enfocadas al resultado final y al aspecto estético. Pero cuando Oyer presentó un proyecto explicando todas las etapas del proceso creativo, la contextualización del encargo, la investigación previa realizada, la argumentación de las decisiones que se habían tomado y, por último, la propuesta gráfica… para ellos el Diseño cobró otro sentido.
    Mi primera conclusión es que la explicación del proceso es fundamental para entender el Diseño. El resultado final es la consecuencia de todo un trabajo previo. Si el proceso es invisible, la percepción de un diseño se limita al gusto personal como único elemento de juicio.
    Mi segunda conclusión fue una especie de cura de humildad. Uno de nuestros objetivos era descubrir cuál podría ser ese desfase entre el concepto de Diseño que tenemos los propios diseñadores, el concepto que sale en los medios y el concepto que se tiene en la opinión pública. Y mis chicos me hicieron ver que el desfase está en el primer eslabón de la cadena: nosotros mismos, los diseñadores. Nos hace falta una reflexión autocrítica: en general, no sabemos comunicar qué es lo que hacemos, no sabemos proyectar nuestra propia imagen a la sociedad. A veces, nos resulta muy cómodo la percepción que se tiene de nosotros como personas creativas que hacen cosas divertidas. Eso alimenta nuestro ego.
    No obtuvimos resultados concluyentes, pero sí nos dieron pistas para seguir investigando y sólo por eso mereció la pena.
    Fruto de esta primera experiencia, Oyer y yo, seguimos investigando. Por eso doy las gracias tanto a Oyer como a mis alumnos, que fueron los verdaderos catalizadores para producir una estimulante reacción en nosotros.

    Un saludo

    1. Gracias por el cumplido Roberto :-)

      Me parece muy interesante la reflexión que tanto Oyer como tú hacéis de la explicación del proceso. Lo veo claramente necesario, pero también peligroso. Es decir, me preocupa la intelectualización de algo tan práctico, tan orientado a resolver problemas (del tipo que sean), como el diseño.

      Me explico con un ejemplo. Desde que tengo recuerdos, existe en casa de mis padres un exprimidor Braun Citromatic: http://bit.ly/cOZLUf

      Este electrodoméstico, diseñado por Dieter Rams, es ya una pieza clásica de diseño. Sin embargo ni mi familia ni yo lo sabíamos. Era, simplemente, un exprimidor que nos encantaba: por su calidad, su sencillez y su comodidad. Siempre que alguna vez usábamos otro exprimidor pensábamos que el de casa estaba mucho mejor planteado, que era mejor.

      Nadie nos explicó lo bien que estaba diseñado, ni nos habló del proceso de diseño de Dieter Rams, ni nada por el estilo. El diseño del producto destacó por su propio uso, de una manera natural.

      Sin embargo, hay una cosa en la que estoy totalmente de acuerdo. Posiblemente la Citromatic acabó en casa de mis padres por puro azar. Porque era la que tenían en la tienda, porque al dependiente le gustaba la marca o similar. No creo que mis padres pensaran «hmm.. qué exprimidor tan bien diseñado, comprémoslo» ni creo que lo vayan a pensar nunca por si solos. 

      Tal vez si alguien les hubiese explicado el concepto y la implementación de las ideas de diseño de la Citromatic, adelantándoles el objetivo perseguido y cómo se logra, sí lo habrían pensado. Tal vez habrían «leído» el diseño más allá de la estética. 

      1. Hola Carlos, has puesto un ejemplo maravilloso. Yo también lo recuerdo en casa de mis padres y por supuesto no tenía ni idea que era una de las piezas que había salido de la mente de uno de los referentes de la escuela de Ulm.
        Esto es un magnífico ejemplo de lo que Chaves denomina «diseño invisible». Y me recuerda mucho a la descripción de un objeto tan cotidiano que describía Jordi Llovet como es un cepillo de dientes. Llovet daba una descripción desde el punto de vista de un diseñador o proyectista. Salía una descripción que superaba a cualquier definición que pudiera hacer cualquier diccionario o enciclopedia.
        Pero, claro está, el usuario de un cepillo de dientes no repara en esos intríngulis, ni tiene por qué. Simplemente coge el cepillo y se lava los dientes. Si su experiencia en el uso es agradable y eficaz, lo seguirá utilizando. Si no lo es, posiblemente lo sustituya por otro.
        Eso nos debe llevar a pensar que el dominio del Diseño no es el objeto en sí mismo, si no la creación de un escenario de uso en el que entran en contacto el objeto y el usuario. Ese encuentro es el que debemos tener en nuestra mente a la hora de diseñar. El interfaz del que habla Gui Bonsiepe.
        Del mismo modo que un lector voraz no repara en la tipografía en la que está compuesta un libro que está leyendo.
        Pero para seguir con ello, voy a introducir otra definición de diseño en el post «Entonces, ¿qué es el diseño?

  3. Hola Oyer, me he animado a comentar ya que yo fui uno de esos alumnos-cobaya que aquel dia participó en la interesante discursión que mantuvimos sobre diseño. Como señalas en el post, todos salimos de aquella clase con más dudas de las que teníamos cuando entramos, pero también sirvió para sacar claras conclusiones que Gamonal plantea en su post.
    Este verano he tenido la oportunidad de estar maquetando un suplemento de uno de los diarios nacionales con más tirada, y he sacado varias conclusiones, que enlazan bien cn este tema y que reafirman la reflexión de Gamonal.
    En primer lugar, la cura de humildad de los diseñadores. Esa especie de pompa que se crea al rededor de todos los trabajos que el diseñador realiza, creyéndose la «mar» de creativo y colocándose el mismo el cartel de innovador, rompedor, moderno….El objetivo de ese diseño es VENDER. y para que ese diseño venda, tiene que ser, llamativo, provocador, que se salga de convencionalismos. Aqui, introduzco la idea que das Oyer, sobre la figura del diseñador, aquel que se le contrata para que venda algo. Entonces, el verdadero problema está en la imagen que se proyecta del diseñador, excesivamente frívola y basada en los tópicos instaurandos en los medios de comunicación.
    Un segundo apunte, que reafirma vuestras ideas: Todos aquellos diseños creados para la cotidianidad, desde el exprimidor, pasando por el plano de cercanias, al cepillo de dientes, escapan de la concepción que el público tiene asociado a ser objetos de diseño, por el simple hecho de su funcionalidad, y su falta de extravagancia. Probablemente éstos, nunca saldrían publicados en la revista que he maquetado, ¿por qué? sencillo, porque no son llamativos, en cambio una estanteria con flecos, o unas converse con plataforma, si.
    Entonces, creo que el diseño presenta un amplio abanico de concepciones donde cada cual, aplica la que mas le conviene, según sea su objetivo.

    1. Hola a todos. Irene, me alegra doblemente que hayas hecho un comentario en este blog porque, primero, quiere decir que la charla que Oyer dió en nuestra clase caló hondo en tí y te cambió algunos conceptos que podías tener establecidos en torno al Diseño y, segundo, que tras tu primera incursión en el diseño de publicaciones te imagino googleando para buscar más información, leyendo y viendo muchas revistas para seguir aprendiendo. Posiblemente hayas llegado aquí por eso y me alegro mucho porque has sido proactiva.
      Al hilo de lo que comenta Irene, los suplementos son un vivero de muestras de diseño. Pero, ¿cuál es el criterio de selección para que un diseño se ha publicado en un medio de comunicación generalista? Pues, principalmente, lo que en Periodismo se denomina el criterio de «curiosidad e interés humano». Aunque por lo que veo constantemente en los medios parece que el criterio se queda solamente en lo curioso porque dime tú a mí ¿qué interés humano tiene una «estantería con flecos»?
      Así que aparecen los diseños «curiosos», excéntricos, extravagantes, llamativos de a 3.000€ la pieza que sólo podemos permitirnos mirar en ese suplemento, pero que nunca podremos comprar. Estas son las cosas que hacen grandes a los muebles de Ikea… La exposición de estos diseños en los medios muchas veces se trata de una publicidad enmascarada.
      En el estudio que realizamos también hay otro motivo por el que el Diseño y los diseñadores salen en los papeles: la polémica. En esto se lleva la palma las olimpiadas. Todos recordaréis el lío que se armó con la elección del Cobi para Barcelona 92, amado y odiado a partes iguales. O las candidaturas de Madrid… Fuera de nuestras fronteras el debate sobre el logotipo de las próximas olimpiadas de Londres. E incluso la polémica llegó al ámbito político cuando el Gobierno de España sacó a concurso su identidad y el ganador se parecía sospechosamente al del gobierno alemán realizado por Erik Spikermann… bueno, de éstas hay unas cuantas.
      Hubo una época en la que los diseñadores tuvieron un cierto espacio de opinión y pensamiento como columnistas en la prensa. Eran los años 80 y 90. Y aunque fueran colaboraciones esporádicas y sin mucha regularidad gente como Alberto Corazón, Yves Zimmermann y André Ricard aprovecharon sus columnas para «evangelizar» lo que era un fenómeno desconocido en España: el Diseño. Posteriormente sólo recuerdo columnas de Juli Capella y Quim Larrea. En esos pequeños espacios opinaban sobre el Diseño y no había ninguna foto del megadiseño de turno que distrajera una lectura de reflexiva por parte del lector. A lo mejor, precisamente por eso, por no llevar foto, no tuvieron la repercusión debida.
      Tengo pendiente esta labor de hemeroteca para rescatar estos textos.
      Para terminar, una reflexión que pudiera parecer contradictoria. Soy consciente de la importancia de los medios (soy también periodista), pero a veces detecto que los diseñadores tenemos unas ganas locas de aparecer en los medios o de que nuestras piezas formen parte de una exposición en un museo. A veces parece que es nuestro único fin y se nos olvida que los prensa y los museos no son nuestro campo de acción. Nuestro campo de acción está en la calle y en los escenarios de la cotidianeidad más simple. Nuestro campo de acción está en las cosas pequeñas que nos hacen más grandes como seres humanos.
      Charles Eames decía en una entrevista (publicada en otro post) que el diseño no es arte, pero que si es lo suficientemente bueno, algún día podrá ser considerado arte. Es el tiempo el que decanta si un diseño es bueno o es malo. ¿Acaso Toulousse Lautrec pensó cuando hacía carteles para el Moulin Rouge que algún día se cotizarían como cuadros de los más grandes pintores? Creo que no, más bien estaba preocupado en cómo saldar las deudas contraídas por las consumiciones que se tomaba en el cabaret.
      Me preocupa que los diseñadores diseñemos para la galería, ya sea de papel o sea museística. ¿Qué mejor premio para un diseñador que su producto siga vigente y se siga usando durante muchos años? Ir a una casa y ver que están usando las aceiteras de Marquina o cada mañana coger el tren de cercanías y ver que la aplicación del logotipo de Alberto Corazón sigue resistiendo el paso de los años?
      El terreno de estos diseños está en su uso cotidiano y no en la mera contemplación. Si algún día dejan de existir, el tiempo les ha dado la razón y merecerán entrar en un museo para que no caigan en el olvido. Pero esto debe ser más que por un interés artístico por un sentido antropológico.

      Un saludo

      1. Sielos, qué maravilla… en primer lugar pido disculpas por no atender esta web lo suficiente y no poder responder «en tiempo real», y en segundo lugar me alegro enormemente de no tener ese tiempo, porque así se va creando un diálogo mucho más interesante (por lo menos para mi, que de tanto oirme ya me aburro!). Gracias a Laura (con un comment en otro post) y a Irene sobre todo porque… a veces uno tiene la impresión de estar «clamando en el desierto». No sabes lo que significa para mi recibir feedback de aquella charla que dí, porque, lamentablemente, nadie en general dice nunca nada. Se agradecen todo tipo de comentarios, los halagüeños porque nos reafirman (y alimentan pelín el ego, todo hay que decirlo), pero sobre todo me encantaría recibir comentarios no-halagüeños porque creo que en esa tensión se avanza más.

        Y mientras, lo dicho, sigo hasta arriba con un proyecto muy interesante y no sé si podré dedicarle tiempo a este blog, así que quien quiera que tome el bastón de mando y escriba: que responda, conteste, opine y abra nuevas dudas. Yo por mi parte, en cuanto tenga media horita me pongo a tope con todos vosotros.
        Gracias de nuevo!! a todos y en especial a los mas activos: Roberto y Jose Manuel, sobre todo!!

  4. Yo empezaría delimitando el diseño… perdonad que sea tan elemental. El diseño es forma externa, algo visible, corporal, ¿no? y supongo que se circunscribe a los bienes muebles. Claro que un inmueble, por ejemplo, un puente, también tiene un diseño, si bien su forma parece tarea de un ingeniero, no de un diseñador. Un ingeniero o un arquitecto ¿son diseñadores? Ay, qué me estoy liando.

    Esto merece un tratado… yo llego hasta aquí, suponiendo que haya llegado a algún sitio.

    Es curioso, desde que conozco esta página me estaba haciendo esta pregunta ¿qué será exactamente el diseño? ¿Tendremos conexiones interneuronales provocadas por el uso de Internet? Esto me empieza a recordar a la película ¿Invasión? un remake con Daniel Craig y Nicole Kidman.

    1. Invadidos por estas conexiones interneuronales no cejo en mi empeño: ¿qué será efectivamente el diseño? Mójate, dinos ¿qué dirias tú? Necesitamos repuestas, muchas y cuanto más variadas mejor y seguiremos haciéndonos preguntas como ¿es bueno el remake ese de Invasión? Yo recuerdo la antigua, la de los Ladrones de Cuerpos… uf, me puso los pelos de punta verla de pequeñito.

  5. La expresión «diseño» la reenvía mi cerebro a una imagen, el puente romano de Alcántara (Cáceres), tiene casi 2000 años y es un ejemplo de equilibrio, belleza y utilidad. No parece que haya sido construido, más bien parece haber brotado de la propia naturaleza, surgido entre dos montes, dado lo perfectamente integrado que está en el paisaje.

    Y ahora, amiguitos, (como en Barrio Sésamo), el antidiseño o diseño insensato. Allí mismo, junto al puente, hay una presa, una enorme mole espantosa. Sin duda es útil, pero no tiene nada de bella, ni de equilibrada. Un auténtico pegote.

    ¿Será que los antiguos entendían qué era el diseño? ¿Será esto diseño? ¿Será que mi cerebro hace reenvíos insensatos? ¿Seré algún caso freudiano? ¿Seré un caso perdido? ¿Será que a las guapas no se nos puede hacer pensar demasiado, que luego desbarramos, y nos salen arrugas?

    En cuanto a la película, sí creo que es remake de esa que dices. Es pasable, el niño un poco repelente, la madre un poco maliciosa, el novio un poco convencional… los estoy poniendo como un trapo. Mejor el original, casi seguro.

  6. Si a alguien le apetece ver «El resplandor» en pantalla grande, que se acerque hasta Cáceres, la ponen en un ciclo, dentro de dos lunes, creo que es 1 de noviembre, en el Centro Cultural Capitol. Y gratis. Además es una buena fecha para conocer mi ciudad, no hace ni frío ni calor.

    1. El cine es otro campo de exploración para analizar cuál es la percepción que tiene la sociedad sobre el diseño. Recomiendo encarecidamente ver la película de «El manantial». La echaron hace poco en la 2.

      http://es.wikipedia.org/wiki/El_manantial_(pel%C3%ADcula)

      Básicamente trata de los conflictos morales, estéticos y económicos que tiene un arquitecto para realizar sus diseños. Para mí es una lección de ética para los diseñadores, claro que cuestionable en muchos aspectos. Trata tópicos de la relación cliente-diseñador, de la autoría, de la ética profesional, de la innovación y la creatividad contra todo lo establecido, que se pueden trasladar perfectamente a la actualidad y cualquier especialidad del diseño.

      Sin ánimo de destripar la peli, dejo un enlace para ver el alegato final que hace Gary Cooper (el prota) para defender su obra desde el punto de vista ético y de autoría personal a pesar de que en el juicio se le acusa de cometer un delito grave.

      Aprovecho este blog para lanzar una propuesta que me lleva rondando en la mente durante mucho tiempo: la creación de un cineforum sobre Diseño. No es que haya muchas películas que traten directamente el diseño, pero sí hay unos cuantos títulos que lo tratan de manera transversal.
      Tengo hecha una pequeña recopilación que daría para crear un par de sesiones de proyección de películas y posterior debate. Existen también escenas dentro de películas y algunos documentales que pueden resultar interesantes.
      Oyer, te lanzo el guante, ¿podríamos en DIMAD hacer este cineforum? Las palomitas corren de mi cuenta… ;-)
      Un saludo a todos y gracias a Ella por sacar a relucir el cine en este debate.

  7. ¡¡¡Qué bueno, Carlos!!! Entonces habrá que hacer algo…
    Tengo varias de las pelis y documentales que se reflejan en el post que has mandado.
    También quiero realizar una labor que es un poco más de «hormiguita»: buscar escenas de películas que no son directamente sobre diseño, pero que en un momento de la trama tocan este tema.
    Por ejemplo, siempre recuerdo una escena de «Todos los hombres sois iguales» (1994) de Manuel Gómez Pereira, en el que la protagonista es una chica que, por necesidades económicas, tiene que trabajar limpiando casas y es contratada por tres recién divorciados que comparten piso. Tras una discusión de las muchas que hay, la chica ve el exprimidor de Starcks sobre una superficie y, como le parece algo valioso, decide metérselo en el bolso. Pero las patas se le enganchan y, desesperada, decide dejarlo en su sitio y abandonar la casa.
    Hace poco estaba viendo por la tele «Amor idiota» (2005) de Ventura Pons. No cuento el argumento para no extenderme. Ya la había visto antes, pero no reparé en una escena trivial y que no tiene que ver con la trama que se desarrolla en un garito de moda de Barcelona en la que un grupo de gente rodea a un diseñador que les está contando «batallitas» en un lenguaje grandilocuente sobre las formas.
    Estos son solo dos ejemplos de cómo los cineastas ven el diseño. Supongo que habrá muchas más.
    Así que animo a Oyer a que abra un post específico sobre esto para que todos aquellos que os acordéis de una peli, de una escena, de una serie, de un programa de TV que trate el diseño aunque sea de manera transversal dejen su comentario. Si se acuerdan de los datos para poder localizarlo, pues mucho mejor.

    Un saludo

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